lunes, 9 de noviembre de 2015

21. Abreviando

En este siglo de las siglas, como decía Dámaso Alonso, son plaga las palabras que se han creado a partir de las iniciales de complejas denominaciones en aras de la rapidez y de la síntesis que los tiempos modernos exigen. Las hay para todos los gustos y nacen como setas en el prolífico lenguaje científico, técnico y administrativo: radar, sida, Renfe, ovni, Otan... Las usamos sin saber a veces su significado exacto, como el de aquel rimbombante y de las J.O.N.S. que seguía a la por entonces impertérrita Falange Española.
El caso es que estos acrónimos han invadido la lengua, funcionan como nombres y hasta admiten derivaciones para convertirse en adjetivos; por poner un ejemplo, los de UGT son ugetistas. Entre las más antiguas y significativas lexicalizaciones de palabras formadas por este procedimiento, destaca inri, que resulta de leer como una palabra las iniciales de Iesus Nazarenus Rex Iudeorum (Jesús nazareno rey de los judíos), rótulo que los soldados romanos (en nombre del S.P.Q.R.) colocaron en griego, latín y hebreo sobre el madero de la cruz. Pero lo que en principio no fue más que una etiqueta identificativa, ha adquirido con el tiempo el significado de 'escarnio', y se usa con este sentido en la expresión para más inri.
Digan lo que digan, el color marca diferencias. Sin ir más lejos, ahí están los nobles; todos viven convencidos de que su sangre es azul, no contaminada, como corresponde a verdaderos purasangres. Así, cuando a los colegios ingleses reservados para la élite (léase nobleza) del país llegaban hijos de burgueses adinerados, para distinguirlos de los alumnos que tenían pedigrí nobiliario acreditado, se les ponía junto al nombre la notita de snob. Era una abreviatura que los rectores de tales colegios colocaban, ignominiosamente, al lado del nombre del rico pero innoble colegial: s.nob, es decir, sine nobilitate, 'sin nobleza'. En la actualidad, y una vez castellanizado en esnob, se usa como descalificativo para referirnos a toda persona que imita las maneras, opiniones, etc. de aquellos a quienes considera distinguidos.
La palabra guiri, que ahora empleamos para referirnos a cualquier que tenga cara de extranjero, originariamente se aplicaba a los liberales, adversarios de los carlistas. El diccionario dice que también significa soldado, guardia civil. Pues bien, esta palabra parece ser abreviación del vasco giristino, que a su vez es alteración del castellano cristino, o sea, partidario de la Reina Cristina. Iribarren, que de esto sabe un rato, dice que puede haberse formado a partir de las iniciales G.R.I. que llevaban en el gorro los soldados isabelinos del batallón Guardia Real de Infantería.

Por influencia del latín escrito y de las frecuentes abreviaturas en él empleadas, se han formado algunas variantes en los nombres de persona. Así, el hipocorístico y familiar Pepe, usado en vez de José, procede en realidad de P.P., abreviatura de la aclaración Pater Putativus 'tenido por padre' que se aplicaba a san José, esposo de la Virgen María pero no por eso padre de Jesús. Algo semejante sucede con Francisco, escrito en latín Phrancisco (pues ph sonaba como f), que se escribía en abreviatura como P.co, de donde viene nuestro Paco.