lunes, 31 de mayo de 2021

34. Verbos

 

Los verbos, junto con los nombres y adjetivos, son la base del léxico de cualquier lengua. Estas tres clases de palabras conforman el 99% de todo idioma y sólo el escaso 1% del corpus lingüístico se reserva para adverbios, pronombres, determinantes, preposiciones, interjecciones y conjunciones. En español, son mayoría los verbos terminados en -ar y, cuando se ha de formar un verbo nuevo, es muy raro que no pertenezca a la primera conjugación. Verbo procede del latín verbum cuyo significado primero es el de 'palabra'. El verbo es, pues, la palabra por antonomasia.

Y hablando de esta clase de palabras, he aquí una breve muestra de verbos cuyo significado actual difiere del que tuvo en sus orígenes. Así, según el diccionario, lampar significó primero 'sentir ardor en el paladar', y luego, 'tener ansia grande por comer o beber'. Deriva del griego lampas 'lámpara, antorcha', por la sensación como de fuego causada por alimentos picantes, que dan ganas de beber.

El verbo castigar procede del latín castigare, que es el resultado de la suma de dos raíces: castus 'casto, honesto, apartado de los vicios', y agere 'hacer'. De lo que se concluye que castigado significaba literalmente 'hecho casto', o sea, obligado a apartarse de cualquier vicio, carnal o de los otros. Es una etimología discutible, pero como especulación resulta atractiva.

El sentido actual de embelesar es el de 'arrebatar los sentidos una cosa grata'. Originariamente embelesar era 'emborrachar los peces envenenando las aguas con belesa'. Efectivamente la belesa o beleño es la planta que se empleaba en la fabricación de una especie de veneno que se usaba para coger peces aturdiéndolos. Uno de los síntomas del embeleso, ante alguien o algo que nos seduce, sigue siendo el atontamiento.

El verbo enfadar nos ha venido del gallego-portugúes, donde enfadar-se significaba en la Edad Media 'desalentarse, cansarse, aburrirse', y parece ser derivado de fado 'destino, especialmente desfavorable'. Del significado 'cansarse' se pasó al de 'aburrirse, fastidiarse' y de ahí, modernamente, a 'enojarse, entrar en cólera'. Palabras como ésta tienen un valor incalculable para el estudio histórico de las ideas y la psicología popular. 

Del nombre capa se formó escapar. Procede del latín vulgar excappare 'salirse de un embarazo o estorbo', es decir, 'quitarse la capa' porque esta prenda dificulta el movimiento para defenderse; luego escapar terminó significando 'huir' o 'alejarse de un peligro'.

Hallar procede del latín afflare cuyo significado es 'soplar hacia algo', 'rozar algo con el aliento'; de ahí pasaría a significar 'oler la pista de algo' y, finalmente, 'dar con algo, hallarlo'. Este último significado procede de lenguaje de la caza, donde el perro huele la pista de los animales perseguidos, y de ahí pasa el vocablo al significado de 'descubrir, hallar'. Hay frases familiares castellanas que abundan en la idea: se lo olió, adivinó lo que sucedía. El cultismo fallar, 'dictar sentencia', primitivamente entrañaba la idea de 'encontrar la ley aplicable' y la de 'encontrar o averiguar los hechos'. El lenguaje jurídico, siempre conservador y arcaizante, mantuvo la forma medieval con f- y sigue hablando de fallar y de fallos.